martes, 27 de diciembre de 2011

Noventa y dos.


El ser humano es finito en tiempo, pero infinito en capacidad. Yo he sido capaz de cambiar el Círculo Polar Ártico por la Antártica, de besar con los dedos y de empezar de cero. Sé que nunca te interesaron mis escritos, pero si alguna vez te pasas por aquí, lee esto con atención: las posibilidades están en nuestras manos. El territorio de lo posible se encuentra situado en tu mente, en tu modo de actuar, en tu capacidad de elección. Y no te mientas a ti mismo cuando me digas: no puedo. Sí, claro que puedes, pero prefieres la opción de no querer. No hay daño en nuestros espacios congelados, en nuestras cabañas alejadas del mundo. El infinito estará en mi talón en cuanto yo quiera que lo esté, sólo hay que poner un camino bajo los pies y seguir viviendo cada instante como si fuese el único. No voy a pedir valor esta Navidad, porque no temo. Pero por favor, no vuelvas cuando me haya ido.


The Radio Dept. – Strange Things Will Happen

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