martes, 13 de diciembre de 2011

Noventa y uno.

Ya te dije que me gustaban las películas.


- ¿No me vas a invitar a subir?
- No quiero hacerlo mal, esta vez no.
- Hace frío.
- Tú eres de hielo, podrás soportarlo.
- A veces me congelo más de lo esperado.
- Puedes subir, claro que sí, puedo abrirte la puerta y que comiences a helar. Pero no puedes quedarte a dormir.
- ¿De qué tienes miedo?
- De las confidencias en vaso de whisky, del agua que posiblemente resbalará por las paredes de tu piel, de caer irremediablemente en tu acantilado, de quedarme cosida a ti por finos hilos de pensamiento, de conseguir derretirte y que desparezcas por la mañana.
- Y yo te imagino tumbada en la cama, con la luz más indeterminada de las primeras horas del día, desnuda aún. Tu espalda será la pista de aterrizaje de mis dedos, aquellos que me enseñarás a utilizar en esta noche de invierno. Y cuando comience a encenderme y me invierta, serás quien me guíe por los instantes de incertidumbre de aquello que es nuevo para mí. Porque eres el territorio más salvaje en el que me he aventurado a entrar, pero no tengo miedo a lo desconocido mientras pueda naufragar contigo.


Ilustración: Esra Roise


Fleet Foxes – The Cascades

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