sábado, 8 de septiembre de 2012

#9

Cada vez paso menos tiempo en Internet porque parece ser que soy "demasiado" sensible a los mensajes directos que esta sociedad en la que estamos inmersos crea especialmente para nosotros. La publicidad de estos espacios virtuales tiene un significado muy importante del que a veces ni siquiera somos conscientes: la mujer como objeto. Lo primero que vemos son mujeres semidesnudas a las que llaman "reales". Dando a entender que el resto de nosotras sólo somos personas corrientes al alcance de todos. Nos venden un prototipo, y si no cumplimos expectativas nos sentimos mal. Hasta los anuncios dirigidos a público femenino, como famosas marcas de moda, tienen como punto principal una modelo haciendo poses extravagantes, forzadas, y muy poco eróticas (sí, señores de la industria, a nosotras no nos pone eso). ¿Qué intentan conseguir? Todo esto parece estar dirigido por un hombre de hace dos mil años, criogenizado por las noches y que es despertado por las mañanas para mover con su mano a un rebaño de inconscientes. Este mensaje devastador se encuentra a nuestro alrededor todos los días, las veinticuatro horas: en la televisión, las revistas, el cine, las aplicaciones de móvil...Todo parece ir destinado a hombres. Hasta el mayor porcentaje de pornografía va destinado a ellos. ¿O realmente a la mayoría de nosotras nos gusta ser tratadas como prostitutas y sodomizadas por veinte tipos?  La excusa siempre reside en que ellos consumen, todo es cuestión de dinero. Pero, ¿acaso se nos ha dado la opción? ¿Cuántos hombres desnudos se ven en relación a mujeres? La culpa, por supuesto, no es sólo del colectivo masculino. La culpa la tenemos también nosotras, que seguimos este juego los 365 días del año. Me da lástima ver a niñas de doce años con vestidos demasiado pequeños incluso para ellas, pantalones de tallas que no son reales, dietas adelgazantes por todos lados, cirugía estética, detergentes anunciados por mamás limpiacasas, chicas que se sienten incómodas con su cuerpo, hombres neandertales... No sé cómo luchar contra esto, o cómo dejar de frustrarme al respecto. Yo pongo mi grano de arena y todo lo demás sigue su curso. Puedes formar parte de lo que está mal en la sociedad, o quedarte fuera. Sólo puedo decir que si el ser humano tiene razón, debería usarla. Basta ya.

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