En "Mapa de los sonidos de Tokio" encontré una de las mayores degradaciones de la mujer (la que muestro en la imagen) que he visto de un tiempo a esta parte, y me encanta como la directora nos hace partícipes de ello para que no quede silenciado.
En unas horas, subiré de nuevo al autobús y comenzaré el viaje que he repetido ya tantas veces.
Me encuentro en un estado próximo al estoicismo, y quien me conozca bien sabrá que esto es muy poco creíble.
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