martes, 14 de diciembre de 2010

Treinta y uno.

Piénsalo, después de todo lo que nos debemos, seguimos manteniendo la estúpida distancia de no atrevernos a decir: basta, tengo frío y ganas de abrazarte, ven aquí y quédate muy quieto mientras los libros que no hemos leído nos pronuncian dentro. (Anna Liebheart)

Y es que pensándolo bien, nos cohibimos demasiado. Hoy en mis múltiples sueños he recreado a todas las personas a las que debería decir algo. Me iba de viaje en globo con cada una de ellas y les contaba realmente lo que pensaba. Algunas veces salía bien, otras simplemente nos recubría el clima de la indiferencia. Porque no sé si será la fiebre fisiológica o la fiebre mental, pero necesito soplar al aire y gritar lo que siento.

Ilustración de Ana Bustelo.

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