viernes, 11 de febrero de 2011
Cuarenta y uno.
Las personas especiales deberían poder conocer a otra gente extraordinaria para crear juntos universos infinitos y de color naranja. Hoy mi día ha sido como una película. A veces me pasa, se me plantean momentos perfectos para decir la frase más idónea o actuar de la manera más preestablecida. Como si mi vida fuese un guión de una tragicomedia. Otras veces, sin embargo, mis historias son cortometrajes: chica conoce a chico, o chica fuma sola en su ventana viendo las luces de la ciudad. Es como si atrajera el drama haciendo de mi tiempo una silueta de humo en la que no se sabe muy bien dónde está el final de la realidad y el comienzo de la ficción.
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