sábado, 7 de agosto de 2010

Diez.

Adoro poder dedicar el tiempo a mis propios latidos y no al segundo electrocardiograma de la página doscientos veinticuatro del libro #.
Me paso el día haciendo cosas que me gustan, como ver las Chicas Gilmore, leer libros de poesía o de cualquier cosa relacionada con mi forma de ver el mundo, escuchar ese sonido tan único que realizan las manos al arrastrar un acorde por el mástil de la acústica... El tiempo se me pasa tan deprisa y tan despacio a la vez.
Ayer estuve inventando canciones con tres personas muy especiales para mí.
Además he estado haciendo un rescate vintage. Esta camisa puede tener alrededor de ochenta años. Y a pesar de todo sigo pensando que...¡alguien podría rescatarme a mí!

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