Hablaba ayer con mi amiga Paula de las cadenas que nos atan a la sociedad y a la vida como concepto social. Nuestros pensamientos parecen ligados con pegamento. Siempre estoy hablando de alas metafísicas, pero es algo que va mucho más allá, son pensamientos todoterreno y personalidades nada fáciles de comprender, y menos de seguir. Nadie nos podrá coger nunca. Todo esto lo pensábamos a cientos de kilómetros por hora, con un cielo lleno de estrellas y una luna anaranjada y roja por el retrovisor. Sonaban The Kooks y conducíamos sin rumbo.
Sin buscar nada.
Era imposible encontrar a alguien tan idéntico a mí entre miles de millones de personas, en el mismo país, en la misma ciudad.
ResponderEliminarCreí que era imposible que existiera ese grado de conexión y similitud de pensamientos.
Pensaba que era imposible, pero no lo es. Al menos, no para nosotras.
Somos libres y obtenemos nuestra libertad en las pequeñas cosas que hacemos, cosas como conducir pasada la medianoche bajo las estrellas, ver películas de adolescentes o contar historias de miedo frente a los monumentos de los muertos.