miércoles, 26 de octubre de 2011

Ochenta y seis.


No sé si definirlo como música o como arte general, porque es algo más que la composición armónica de notas. Ayer asistí a mi primera sesión de Los martes experimentales en Pepa Tencha, un local cálido en Malasaña. La sesión de ayer consistía en la muestra de la obra de Darío Moratilla "Syrup": una mezcla de sonido ambiental de la estación de Atocha junto a diversas distorsiones electroacústicas e improvisaciones vocales. Su propuesta es definida por dos pilares: "acción sin discurso e interés por aprender a escuchar". La combinación perfecta para cerrar los ojos y dejarte guiar por un universo de sensaciones que se encuentran en un enorme abanico de posibilidades completamente indescriptibles. Lo único de lo que me arrepiento es de no haber llevado un cuaderno para apuntar todos los sentimientos que pasaban por mi mente, desde la calma más absoluta a la rabia más intensa. Tarea difícil la de traducir con palabras algo tan interesante, y es que, aunque intente ponerlo todo con palabras, la mayoría de las veces sólo consigo dejarme llevar.

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