jueves, 23 de febrero de 2012

Noventa y siete.


¿ Podéis sentir el aire fresco, el suave viento rozando vuestras manos, colándose entre vuestros dedos? ¿Podéis recordar el sonido de mi risa mezclándose con la vuestra? ¿Las pequeñas sorpresas? ¿Los caramelos, el chocolate, las notas, las palabras, las historias, los besos irremediables? Me imagino con cada uno de vosotros embriagándonos del olor a lavanda, corriendo por el campo, con nuestras cámaras (o la mía), y nuestras ganas de correr, gritar y explorar la quietud. Cuando os recuerdo, una nostalgia gigantesca me invade. Mi vida depende de esos momentos que paso con vosotros. ¿Os he contado alguna vez que las cafeterías son el lugar más romántico del mundo? Por todas y cada una de las relaciones de amistad y amor que comienzan allí, y que continúan después de años y años y distancia. La mayoría de mis recuerdos con vosotros saben a café bombón o moca blanco. Una sola hora a vuestro lado le da sentido a todos los demás minutos del día y me hace feliz. Gracias. No sólo por quererme, sino por aceptar todo el amor que estoy dispuesta a regalaros. Vamos a disfrutar de la vida, en conjunto. Siempre cabe café en un bote lleno de piedras y arena.


No hay comentarios:

Publicar un comentario