martes, 22 de enero de 2013

#12



Qué irónico ir a la montaña para respirar aire puro y que nos fumemos las estrellas al llegar la noche, riendo a carcajadas mientras nuestro aliento queda congelado en las paredes de nuestros labios y se obstruyen las manos en los conductos porosos de nuestros cuerpos. Somos como adherencias remanentes de historias que no teminaron de acabar, como cuando la nieve no cuaja o el bizcocho no sube. Pero nos da igual, porque debajo de esta Luna llena nos miramos sabiendo exactamente todo lo que no queremos. Lo que queremos, al final, sale por descontado cuando nos aliamos entre el fuego de la chimenea. Y ¿qué importa caer de aquella cima si caemos juntos?

Foals – 2 Trees

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